El Espíritu Santo avivará el fuego en ti.

 El Espíritu Santo avivará el fuego en ti.


¿Sientes que tu fe decae? ¿Piensas que el camino es muy duro y que te cuesta continuar? ¡Recuerda que el Señor está contigo y su Espíritu Santo mora en ti! Él te dará fuerzas para seguir adelante.

Encontramos un buen ejemplo en el profeta Habacuc. Cuando él vio al pueblo declinar espiritualmente, no se dejó llevar por el desánimo. Él recordó todo lo que Dios había hecho en ellos y por ellos, y fue delante del Padre en oración e intercesión, pidiendo un avivamiento.

Isaias 40:28-29 imotechnologics.com


Señor, he sabido de tu fama; tus obras, Señor, me dejan pasmado. Realízalas de nuevo en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo... (Habacuc 3:2a)

Recuerda todo lo que el Señor ha hecho por ti y cómo ha manifestado su poder en tu vida. Acércate a Dios en oración intensa, escucha su voz y permite que su Espíritu Santo avive hoy tu fe. Cobra ánimo y vive en el poder del Espíritu Santo.

Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
(Hechos 1:8)

Tal como sucedió con la primera iglesia, llenarte del Espíritu Santo te capacita para ser testigo del Señor Jesucristo dondequiera que vas. ¿Quieres avivar tu fe cada día? Llénate del poder del Espíritu Santo y sal a compartir con los demás el amor y la salvación que has recibido por medio de Jesús. ¡Muévete en su poder y alcanza a las naciones!

Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.
(Hechos 4:31)

El Espíritu Santo echa fuera el temor al ridículo o a la reacción negativa de los demás. Ora cada día y pídele al Señor que te llene con su Espíritu, que te ayude a compartir su mensaje de forma adecuada y bondadosa con aquellos que te rodean. La oración es vital para fortalecer tu vida espiritual y te impulsa a ser valiente en Cristo.

¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su Espíritu.
(1 Juan 4:13)

Sentir el Espíritu Santo en ti es una forma clara de saber que estás en el camino que el Señor desea. ¿Cuál es ese camino? El camino de amistad con Dios, de estar unido a él en todo momento, haciendo su voluntad y dejando que él dirija tus pasos.

Porque yo derramaré aguas sobre el suelo sediento, y torrentes sobre la tierra seca. Derramaré mi Espíritu sobre tus descendientes, y mi bendición sobre tus vástagos.
(Isaías 44:3)

La Biblia está llena de promesas de bendición y de fruto. La promesa de derramar su Espíritu sobre el pueblo de Israel y sus descendientes, es una promesa que Dios extiende a todos sus hijos.

Dios desea bendecirte abundantemente, y su bendición más maravillosa es llenarte con la presencia del Espíritu Santo. Toda la sequía espiritual de tu alma se irá al recibir su presencia y su bendición fluirá.

Todo esto lo digo ahora que estoy con ustedes. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.
(Juan 14:25-26)

El Espíritu Santo te consuela y te orienta en tu andar con Dios. De él recibes ánimo para seguir adelante en los momentos más difíciles. También te da la orientación necesaria para actuar tal como el Señor lo desea en medio de cualquier situación. Es el Espíritu Santo quien trae a tu mente las promesas del Señor en el momento en que lo necesitas. ¡Escucha su voz cada día!

En él también ustedes, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo que había sido prometido, quien es la garantía de nuestra herencia para la redención de lo adquirido, para la alabanza de su gloria.
(Efesios 1:13-14)

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