Jesús
Jesús
”Llegarán días —afirma el Señor—, en que cumpliré la promesa de bendición que hice al pueblo de Israel y a la tribu de Judá. En aquellos días, y en aquel tiempo, haré que brote de David un renuevo justo, y él practicará la justicia y el derecho en el país. En aquellos días Judá estará a salvo, y Jerusalén morará segura. Y será llamada así: ‘El Señor es nuestra justicia’ ”. -- Jeremías 33:14-16
El nacimiento de Jesús fue el cumplimiento de la promesa de bendición, la llegada a Israel de la justicia, el derecho, la salvación y la seguridad. Hoy también encontramos todo eso y mucho más en Jesús.
El Espíritu Santo
Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado: Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo. -- Hechos 1:4-5
Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado: Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.
-- Hechos 1:4-5
Jesús prometió y envió al Espíritu Santo a la Iglesia primitiva. Así recibieron poder para ser testigos de Jesús por el mundo (Hechos 1:8). Nosotros también contamos con el Espíritu Santo y con poder para llevar el amor y la presencia de Dios a dondequiera que vamos.
Bendición y descendencia
Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo, y dijo: «Te bendeciré en gran manera y multiplicaré tu descendencia». Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido.
-- Hebreos 6:13-15
Podemos confiar que, según Dios cumplió la promesa de bendición y descendencia que hizo a Abraham, así mismo cumplirá las promesas que nos haga. Él también nos quiere bendecir y hacer fructíferos en todas las áreas de nuestra vida.
Salvación
Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro. He jurado por mí mismo, con integridad he pronunciado una palabra irrevocable: Ante mí se doblará toda rodilla, y por mí jurará toda lengua.
-- Isaías 45:22-23
Dios proveyó la salvación de nuestras almas a través de Jesús. Él quiere que todos seamos salvos, anhela que vayamos a él y aceptemos su perdón. También dice de antemano que, sea ahora o después, todos doblaremos nuestra rodilla ante él.
La corona de la vida
Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman.
-- Santiago 1:12
La corona de la vida mencionada aquí y en Apocalipsis 2:10 es el premio prometido a los que resisten y permanecen fieles hasta el fin ante las pruebas, las tentaciones y la persecución.
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